República Bolivariana de
Venezuela
Universidad Nororiental Privada
Gran Mariscal de Ayacucho
Universidad Valle del Momboy
Centro de Formación Permanente
Monseñor Jesús Manuel Jáuregui
Moreno
MODELO DE STUFFLEBEAM
C.I.P.P.
(CONTEXTO-INSUMOS-PROCESOS-PRODUCTOS)
|
San Cristóbal, 04 de Noviembre de 2017
La Evaluación en el Sistema
Educativo venezolano, es considerada como un instrumento que ayuda a que los
programas sean mejores adquiriendo una nueva dimensión, por ende, en este
modelo de evaluación se exploran aspectos del contexto de los procesos y de los
productos que se han obtenido, por lo que implica un análisis profundo de
varios niveles del programa y de la organización; para conseguir y suministrar
información notable y ventajosa a la hora de tomar decisiones una vez culminada
la evaluación.
Daniel Stuffebeam, nació en
Waverly , lowa, el 19 de septiembre de 1936; fué fundador del centro de
evaluación de la Universidad Estatal de Onio en 1965 , Director del mismo hasta
2002, profesor de Educación del centro
occidental y Director, condecorado con el premio para destinatario Paul
Lazerfeld modelo de evaluación de sociedad de investigación de Evaluación en
1985, además era miembro american educational reseasch association, Concejo
Nacional sobre evaluación en la educación , asociación de evaluación , autor
del modelo de la evaluación CIPP (contexto –imput—proceso-producto) y se
caracteriza por estar orientado a la toma de decisiones. Se puede decir que el
modelo CIPP proviene del mundo educativo, hace referencia a aspectos habituales
dentro de los sistemas de evaluación en relación con la naturaleza del objeto a
evaluar; su fundamentación, contexto , posición y los resultados o productos
logrados. Es un modelo integral que combina la perspectiva por fases y áreas
con la perspectiva global y que aporta como novedad a modelos evaluativos anteriores
su propuesta de evaluar el proceso, lo cual permite observar como las
organizaciones llegan a alcanzar sus
objetivos, aunque tiende a fijarse en aspectos de tipo psicosocial.
El modelo CIPP surge
principalmente por las limitaciones que se encontraron en el modelo tygleriano
de la evaluación educativa, la cual esta se centraba en el diseño experimental
que tenía más de 30 año de aplicación ; la metodología que utiliza el modelo se
define como la necesidad de que todos los involucrados con el objeto evaluado y
el evaluador cooperen ; la obtención de información debe ser desarrollado por
la persona encargada de la evaluación, el informe de los resultados debe
señalarse la participación de los involucrados en el proceso evaluativo , la
evaluación para que sea efectiva se debe tener en cuenta , las cuestiones
adecuadas , ser exactas en sus definiciones, ser comprensibles y ser justos
para las personas que están siendo evaluadas.
Investigación, medición y evaluación son las tres
grandes áreas metodológicas del ámbito educativo. La Investigación es la
relación permanente entre el sujeto y el objeto para analizar sobre la
realidad, de allí la necesidad de pautar un orden y un sistema preestablecido
que permita el descubrimiento y ampliación del conocimiento. Uno de los
momentos claves del proceso investigativo es la forma como se capta la
información. Desde la perspectiva metodológica, en la evaluación se encuentran
de manera conjunta los principios de la investigación y los de la mediación
(Rodríguez, 2008). La práctica ha
demostrado que la evaluación constituye un universo en sí misma y se enfrenta
ante el reto, de responder al uso adecuado de los recursos y por otra parte,
debe mejorar los canales de comunicación. En la actualidad, existen
concepciones sobre evaluación centrada en los resultados.
Considerando lo anterior, la evaluación supone una
forma específica de conocer y relacionarse con la realidad, para tratar de
generar cambios positivos. Al referirnos a las diversas formas de concebir la
evaluación y a su proceso diacrónico, nos encontramos con los términos:
enfoques, modelos, generaciones, paradigmas, enfoques epistemológicos –
filosóficos del conocimiento científico. De los enfoques puede decirse que son
intentos explicativos específicos propuesto por diversos autores respecto a la
manera de concebir y desarrollar una determinada situación de evaluación en
acordadas condiciones particulares.
Posturas teóricas afirman que los modelos y los enfoques son esquematizaciones
y abstracciones que representan concepciones hipotéticas de la realidad y tiene
como interpretar a través de ellas situaciones concretas.
En relación al concepto de paradigma, este término
se introdujo en el ámbito educativo y en la evaluación en la década de los
setenta y, a partir de entonces, se estableció una dicotomía entre paradigma
cuantitativo y cualitativo de la evaluación. Algunas aportes de autores plantean
al paradigma como un elemento teórico-epistemológico que contempla un conjunto
de creencias y perspectivas actitudinales desde el punto de vista científico,
que conllevan al desarrollo y valoración sistemática de una investigación
(Carbajosa, 2011). En tal sentido se distingue tres enfoques: el positivista,
el teórico crítico y el interpretativo.
Kuhn, utiliza el término paradigma para hacer referencia al modo como los
miembros de una comunidad científica conciben su área de interés, identifican
problemas, conceptos, métodos que merecen ser estudiados dentro de su área
disciplinaria. Al respecto: Padrón (2011) señala que es importante destacar que
en una investigación, la ubicación del investigador en un enfoque
específico es lo que determina las "reglas del juego", lo que
justifica y da coherencia al esquema lógico del proceso de evaluación. En el
mismo orden de idea, es así como se entiende que la producción de conocimientos implica un código
de representación de la realidad que está siendo conocida, es decir, un medio
sistemático a través del cual se expresen (para sí mismo y/o para los demás)
las reconstrucciones mentales del mundo. Se hace referencia a un lenguaje
social, y a un lenguaje mental, cognitivo o de pensamiento.
En función a lo antes
destacado, la investigación cuantitativa en el campo educativo y evaluativo, el
investigador adoptará un lenguaje numérico-aritmético, en el cual la realidad que está siendo conocida se representa o
expresa a través de los sistemas de conteo y medición; mientras que por su
parte, en la investigación cualitativa el lenguaje será verbal, pues la realidad objeto de conocimiento se representa
mediante reglas y estructuras verbales. Por
su parte, Martínez (2011) afirma que hoy día el mundo se caracteriza por sus
interconexiones a nivel global, lo cual refleja una nueva realidad que demanda
nuevos enfoques con nuevos conceptos, donde se integre el “pensamiento
calculante” y el “pensamiento reflexivo”, es decir, el cuantitativo y el
cualitativo. De esta manera, el autor considera que el pensamiento actual tiene
varias orientaciones, como lo es la teoría crítica, la condición postmoderna,
la posestructuralista y la descontruccionista.
Por
consiguiente, La aparición de este Nuevo Paradigma Emergente, permitiría entrar
en una ciencia más universal e integradora, en una ciencia verdaderamente
interdisciplinaria y transdisciplinaria. Se estaría hablando entonces de un
paradigma universal, un Meta sistema de referencia, cuyo objetivo es guiar la
interpretación de las interpretaciones y la explicación de las explicaciones,
cuyos postulados serían amplios, no específicos. Todo ello implica un enfoque
básicamente gnoseológico, que trate de analizar y evaluar la solidez de las
reglas que sigue nuestro pensamiento.
Asimismo, los teóricos y amantes de los temas
investigativos, se han mostrado preocupados referente a la evaluación, es allí
donde se evidencia mayores dificultades, dudas, contradicciones por parte del
educador durante el proceso de enseñanza y aprendizaje. Desde el momento que el
educador en su proceso de planificación realiza la parte evaluativa, debe tener
claro un marco teórico y conceptual, con una visión integral y global para
poder asegurar una práctica coherente y congruente en los procesos evaluativos.
La evaluación es considerada como capacidad natural del hombre y al respecto
comenzaremos con una cita del alemán F. Nietzsche, referido por Echeverría (1996) y
citado por Alfaro (2000) plantea lo siguiente:
La
Evaluación representa una necesidad humana, porque sin la capacidad de emitir
juicios la existencia del hombre estaría vacía, no tendría sentido. Los Juicios
propios y los ajenos nos brindan ciertos criterios básicos,( que definen lo
bello, bueno, justo, etc., y sus contrarios) a través de los cuales transcurre
nuestra existencia. Además brindan la dirección desde la cual los individuos se
transforman a sí mismos y se introducen con mayor certidumbre en el futuro.
(P.123)
De acuerdo a lo antes citado,
podemos evidenciar que la evaluación es una capacidad natural del ser humano,
es un acto inconsciente. Para Alfaro
(2000) en todo proceso evaluativo podemos distinguir una serie de elementos y
pasos los cuales son: “un sujeto evaluador, un objeto de evaluación,
información sobre el objeto, criterios de comparación, juicios valorativos,
toma de decisiones.”p.17. Desde la perspectiva
funcional, la evaluación educativa es un proceso sistemático complejo, de
recogida de información respecto de indicadores, declaración de juicios de méritos o valor a
partir de unos criterios establecidos, toma de decisiones, seguimiento y control
de las alternativas elegida. Y desde la parte ontológica, evaluar es participar
en la construcción del conocimiento axiológico.
En este orden de ideas, Stufflebeam
es colaborador de renombre en el campo de la evaluación. Este autor define la
evaluación como:
(...) el proceso de identificar, obtener y proporcionar información útil y descriptiva sobre el valor y el mérito de las metas; la planificación, la
realización y el impacto de un objeto determinado, con el fin de servir
de guía para la toma de decisiones; solucionar los
problemas de responsabilidad y promover la comprensión de los fenómenos
implicados. Así, los aspectos claves del objeto que deben valorarse incluyen sus metas, su planificación, su realización y
su impacto. s/p.
De acuerdo a
Stufflebeam, las evaluaciones deben tender hacia el perfeccionamiento, presentar informes responsables y promover el
aumento de la comprensión de los fenómenos que se investigan. El
propósito más importante de la evaluación no es demostrar sino perfeccionar. De
igual manera se considera que la evaluación es un instrumento para ayudar a que
los programas sean mejores para la gente a la que deben servir. No se concentra
demasiado en servir de guía para la realización de un estudio individual, sino
más bien en proporcionar unos servicios de evaluación continua para la toma de decisiones de una
institución determinada.
En líneas
generales, a través de la lectura de Correa U. Santiago referente a los
paradigmas – enfoques- orientaciones y modelos evaluativos, se ha podido
estudiar la transcendencia que en los últimos tiempos ha tenido la evaluación,
desde el enfoque epistemológico positivista, en donde actualmente no sólo se
centra en ubicar al alumno dentro de un grupo o asignar una calificación,
interesa conocer qué es lo que sabe, cómo lo aprendió, y como lo utilizara e,
incluso identificar las concepciones erróneas de los estudiantes que pueden
impedir o inhibir los aprendizajes.
En la
actualidad, existe consenso de los investigadores en torno a la necesidad de
contar con paradigmas que puedan liberarnos de las limitaciones ontológicas,
epistemológicas y metodológicas que el paradigma positivista impuso en el
ámbito de las ciencias sociales y educativas por más de cincuenta años. En base
a los referentes antes expuesto, es necesario que el docente actual asuma el
papel protagónico, en donde establezca una relación de dialogo entre los tres
paradigmas. De modo que el paradigma positivista contribuirá más que los otros
a la verifican y descripción de los fenómenos, el paradigma interpretativo
contribuirían a la interpretación de los procesos.
Asimismo, el
modelo de Stuffebeam es un enfoque Analítico – Racionalista, cuyo objetivo es
proporcionar información para la toma de decisiones con respecto a un programa,
ya sean estas de planeación como resultado de la evaluación de contexto; de
estructuración como resultado de la evaluación de insumos; de implementación
como resultado de la evaluación de procesos o reciclaje como resultado de la
evaluación de producto. El proceso metodológico está centrado en cuatro niveles
o etapas, tales como: Delineación, Obtención de información, Análisis de la
Información, Aplicación de la Información.
Por ende,
los dos grandes propósitos que justifican la evaluación son la mejora de la
calidad de la enseñanza y el desarrollo profesional del docente. Ambos van
íntimamente unidos, y su consecución en la práctica se consigue a partir de la
activación conjunta entre: la
evaluación, la formación y el desarrollo. Por esta
razón, El modelo de stufflebeam es diseñado para evaluar procesos
institucionales, administrativos educativos, bajo el modelo positivista de la
investigación, es de considerar que más que a
una confrontación de paradigmas y enfoques cualitativos y cuantitativos
de autores; es la utilidad como herramienta para evaluar los procesos
educativos de aquí la importancia de contrastar como el modelo de las Escuelas
Bolivarianas de Venezuela tienen compatibilidad para ser evaluadas bajo estos parámetros
, es decir desde afuera por expertos “ estado docente” como proceso de contingencia
del sistema y desde adentro (en congruencias) en el logro de los objetivos propuestos
con la visión de mejorar el propio proceso educativo.
Finalmente,
si consideramos el propósito planteado se puede deducir al parafrasear a
Stufflebeam que la planeación permite delimitar
estrategias y tomas de decisiones en cuanto a métodos y técnicas para
ser eficaces y asertivos de acuerdo a las evaluaciones del contexto
institucional, la estructuración de las instituciones serán organizadas de acuerdo
a las capacidades de recursos humanos y presupuestos con que cuenta las
instituciones, así como la implementación de ajustes necesarios durante los procesos educativos y
la consideración de la evaluación del producto para la retroalimentación o
reciclaje fortaleciendo los procesos educativos en todas su fases o etapas.
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